La guerra de la Independencia (1808-1814)
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Explica cómo se produjo el inicio de la Guerra de la Independencia.
Imagina ser un viajero extranjero que asiste al levantamiento madrileño
y realiza un pequeño relato
El dos de mayo
"Soldados:
mal aconsejado, el populacho de Madrid se ha levantado y ha cometido
asesinatos; sé muy bien que los españoles que merecen este calificativo
han lamentado [lo que ha pasado] (...). Perola sangre francesa vertida
clama venganza. Por tanto, ordeno lo que sigue:
Art. I. Esta noche el general Gronchy convocará la comisión militar.
Art. II. Todos aquellos que durante la rebelión hayan sido encarcelados con armas serán arcabuceados.
Art.
III. La Junta de Gobierno ordenará desarmar a los vecinos de Madrid.
[Hecho esto, los que conserven armas] en casa sin licencia especial
serán arcabuceados.
Art. IV. Todo grupo que pase de ocho personas [se considerará] reunión de sediciosos y se les disparará a tiros de fusil.
Art. V. Toda villa o pueblo donde sea asesinado un francés será incendiado.”
Cuartel general. Madrid, 2 de mayo de 1808
- A partir de estos mapas traza los aspectos más importantes del desarrollo de la guerra y sus etapas
- Con
los documentos que abajo te presentamos busca información sobre la
actuación de las fuerzas contendientes durante el conflicto y sus
estrategias
( Sobre las brutalidades cometidas por las tropas francesas en Medina de Rioseco el 14 de julio de 1808 )
“…
en cuanto los franceses se apoderaron de Rioseco, entregaron la
ciudad al pillaje y a la violencia de toda clase. Doscientos veinte
indefensos de sus habitantes cayeron en las calles de la ciudad bajo
los sables del primer destacamento de caballería que entró en ella.
Tres monjes en un convento y seis en otro que, por razones de edad y
por hallarse enfermos no habían podido huir del enemigo con sus
compañeros, fueron encontrados después degollados en sus celdas, y
otros al pie mismo del altar…”
VAUGHAN, CH. R.; Viaje por España. Madrid 1987.
Grabado de Goya, Los desastres de la guerra, “Esto es peor”
Las guerrillas
No
apareciendo en Navarra un hombre que, perteneciendo a las clases de
títulos, de mayorazgos o de riqueza, tuviese alguna nombradía y
prestigio para levantar bandera de reunión (y ¡cosa rara y notable en
todo el tiempo que duró la guerra!, no se presentó en aquellos campos
ningún individuo que perteneciese a las altas y privilegiadas
familias), [...] formáronse algunos grupos pequeños de patriotas para
causar todo el mal posible a los franceses. [...]
El
que aprehendía un caballo lo montaba y desde aquel momento era ya
soldado de caballería; el que se apoderaba de una lanza y quería servir
en esta arma era lancero y, por este orden, tenía mejor fusíl, mejor
bayoneta, mejor sable aquel que se lo proporcionaba del enemígo. [...]
Y
qué más podía pedirse en aquellos primeros tiempos a unos hombres que
la mayor parte no conociamos más manejos que el de la laya, el azadón y
la podadera, ni más negocio que el de recoger el producto que nuestras
pequeñas posesiones nos rendían. [...] Dos solos cartuchos repartí por
plaza, verdad es que las municiones me escaseaban a lo sumo, pero de
intento, porque en toda acción y principalmente siendo de sorpresa,
según mi táctica, convíene para vencer, y vencer pronto con poca
pérdida, gastar poca munición el golpe primero que aturda y la bayoneta
enseguida […]
Espoz y Mina, Memorias, 1810
La revolución política
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Explica qué fue el movimiento de juntas surgido en la Guerra de la
Independencia: orígenes, papel político, importancia, programa, etc.
Manifiesto al país de la Junta Suprema Central (1808)
«La Suprema Junta Gubernativa del reino a la Nación española
Españoles:
La Junta Suprema Gubernativa, depositaria interina de la autoridad
suprema, ha dedicado los primeros momentos que han seguido a su
formación a las medidas urgentes que su instituto y las circunstancias
prescribían [...].
Las
Provincias de España indignadas, con un movimiento súbito y solemne se
alzaron contra los agresores, y juraron perecer primero que someterse a
tan ignominiosa tiranía [...].
El
caso es único en los anales de nuestra historia, imprevisto en
nuestras leyes, y casi ageno de nuestras costumbres. Era preciso dar una
dirección a la fuerza pública, que correspondiese a la voluntad ya los
sacrificios del pueblo; y esta necesidad creó las Juntas Supremas en
las Provincias, que reasumieron en sí toda la autoridad, para alejar el
peligro repeliendo al enemigo, y para conservar la tranquilidad
interior.
[...]
Sus Juntas respectivas nombraron Diputados que concurriesen a formar
este centro de autoridad; y en menos tiempo que el que había gastado el
maquiavelismo francés en destruir nuestro antiguo Gobierno, se vio
aparecer uno nuevo, mucho más temible para él, en la Junta Central que
os habla ahora.
[...]
La Junta, en vez de repugnar vuestros consejos, los busca y los desea.
Conocimiento y dilucidacion de nuestras antiguas leyes constitutivas;
alteraciones que deban sufrir en su restablecimiento por la diferencia
de las circunstancias; reformas que hayan de hacerse en los códigos
civil, criminal y mercantil; proyectos para mejorar la educación pública
tan atrasada entre nosotros; arreglos económicos para la mejor
distribución de las rentas del Estado y su recaudación [...]. La Junta
formará de vosotros comisiones diferentes, encargadas cada una de un
ramo particular, a quienes se dirijan libremente todos los escritos
sobre materias de gobierno y de administración; donde se controviertan
los diferentes objetos que deben llamar la atención general; y que
contribuyendo con sus esfuerzos a dar uno dirección recta y ilustrada a
la opinión pública, pongan a la Nación en un estado de establecer
sólida y tranquilamente su felicidad interior.
La
revolución española tendrá de este modo caracteres enteramente
diversos de los que se han visto en la francesa. Esta empezó en
intrigas interiores y mezquinas de cortesanos; la nuestra en la
necesidad de repeler un agresor injusto y poderoso: había en aquella
tantas opiniones sobre formas de gobierno, quantas eran las facciones, o
por mejor decir, las personas; en la nuestra no hay más que una
opinión, un voto general; Monarquía hereditaria, y FERNANDO SEPTIMO REY
[...].
Los
ultrajes de la religión satisfechos; vuestro Monarca, o restituido a
su trono, o vengado; las leyes fundamentales de la Monarquía
restauradas; consagrada de un modo solemne y constante la libertad
civil; las fuentes de la prosperidad pública corriendo espontáneamente y
derramando bienes sin obstáculo alguno; las relaciones con nuestras
Colonias estrechadas más fraternalmente, y por consiguiente más útiles;
en fin la actividad, la industria, los talentos y las virtudes
estimulados y recompensados: a tal grado de esplendor y fortuna
elevaremos nuestro país, si correspondemos a las magníficas
circunstancias que nos rodean [...].
Aranjuez,
28 de Octubre de 1808. Por acuerdo de la misma Junta Suprema, en l0 de
Noviembre. Martín de Garay, Vocal Secretario general». Manifiesto al país de la Junta Suprema Central
Cortesía de
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